FLSK fabrica innovadoras botellas de acero inoxidable con altas propiedades de aislamiento. Gracias a la tecnología VICC®, mantienen las bebidas frías por más de 24 horas y calientes por más de 18 horas. El matraz de vacío FLSK es también 100% a prueba de fugas gracias a su estrecho caño y una tapa muy ajustada, y es absolutamente a prueba de fugas, especialmente para bebidas carbonatadas. Pero eso no es todo: el FLSK también es a prueba de golpes, insípido y se ve muy bien. Esto la convierte en la botella ideal para el deporte, el trabajo, la escuela o para la mesa del comedor en casa. Y también la convierte en una botella ideal para los viajeros del mundo como nosotros. Siempre está a mano en el portabotellas de la parte delantera de nuestros coches, así que podemos tomar un sorbo en cualquier momento sin tener que hurgar.
Dos amigos. Una cerveza. Una idea.
Hay una historia detrás de cada buen producto. Y como tantos otros, la historia de FLSK comienza con un fresco sorbo de cerveza entre amigos. Comenzó en 2013, cuando Quentin le dio a su futuro cofundador Patrick una cerveza de una botella térmica africana. Lo que era inusual era que la bebida ya había estado en una botella termo durante dos días y todavía tenía un sabor frío, fresco y apetitoso. Los dos se hicieron la pregunta decisiva: ¿Por qué no está disponible en Alemania? En cooperación con el fabricante africano, la botella fue fundamentalmente rediseñada. El FLSK nació.
El diseño se une a la función y la sostenibilidad
El equipo del FLSK se propuso producir un frasco de vacío inflexible. No más botellas de bebida pesadas, con fugas, feas y dañinas para el medio ambiente. La FLSK mostró a Alemania y a Europa que hay otro camino. Con una botella de bebida que combina el máximo rendimiento de aislamiento con un diseño sofisticado y sigue siendo sostenible. Lo bueno de esto es que, con la excepción de una pequeña área en la tapa, no utiliza ningún plástico o aluminio. Como resultado, la bebida que se almacena en la botella no está innecesariamente contaminada con toxinas. Los plásticos hacen que los ablandadores segreguen en el agua, que luego entra en el cuerpo.
Allí tienen un efecto hormonal activo y son comparables a los estrógenos. Sin embargo, artificialmente y en dosis demasiado altas, esto suele provocar cáncer de mama en las mujeres e impotencia e infertilidad en los hombres. Por otra parte, el aluminio, que también puede detectarse en el agua después de algún tiempo, provoca alergias y conduce a la demencia. Por consiguiente, ambas sustancias deben evitarse en la medida de lo posible en contacto con alimentos y bebidas. El termo FLSK es un paso en la dirección correcta en cualquier caso.